Hacer que la red eléctrica sea aún más inteligente
Back to TopEn la última década, muchas empresas de electricidad se han esforzado por transformar sus redes de distribución en “redes inteligentes”. Pero si la red eléctrica común y corriente se ha vuelto tan inteligente, ¿por qué la confiabilidad de la red estadounidense en general está empeorando?
En promedio, los estadounidenses pasaron ocho horas sin electricidad tanto en 2020 como en 2021, más del doble de los índices observados en cualquier año entre 2013 y 2015. Los apagones graves aumentaron más de un 60% de 2015 a 2020.
Parte de la respuesta a la pregunta de por qué está empeorando la confiabilidad es que el verdadero rendimiento de la red (el rendimiento que importa a los clientes) es un punto ciego para las empresas de electricidad. Muchas empresas, y sus organismos reguladores, utilizan el Índice de Duración Promedio del Sistema (System Average Interruption Duration Index, SAIDI), sin incluir los incidentes graves como métrica principal de confiabilidad. Con esa métrica, la mayoría de las empresas de electricidad continúan haciendo un trabajo excelente para garantizar la confiabilidad de su red.
Sin embargo, en un mundo en el que el cambio climático está provocando un aumento de los fenómenos meteorológicos extremos, no tiene sentido medir que tan buena es una empresa a la hora de mantener la red conectada cuando el cielo está despejado. Las empresas de electricidad deben perfeccionar sus métricas principales por otras que hagan un seguimiento de todas las interrupciones del servicio, es decir, medidas reales de resiliencia de la red que revelen lo bien que la empresa mantiene el suministro eléctrico o lo restablece rápidamente cuando se producen incidentes graves como huracanes y tormentas de nieve.
En el mundo empresarial, es un axioma afirmar que lo que no se mide no se puede controlar. Cuando las empresas miden la resiliencia, pueden encontrar el resto de la respuesta a por qué está empeorando la confiabilidad de la red. Esa respuesta comienza con el hecho de que, desafortunadamente, la mayoría de las redes eléctricas de Estados Unidos no son lo tan inteligentes… todavía. Pero pueden serlo.
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